viernes, 14 de febrero de 2014

Energia ¡¡¡

Aeróbico-anaeróbico: cuestión de combustibles

Por:  14 de febrero de 2014 (el País)

ATP




Hace ya un tiempo hablamos acerca de la maravillosa máquina que tenemos entre manos, nuestro organismo. En aquel post dejamos clara nuestra enorme capacidad de adaptación al esfuerzo cuando este es razonable y los beneficios que de él podemos obtener. Hoy vamos a abundar en esto explicando de la forma más sencilla posible de qué se alimenta nuestro cuerpo para poder superar los diferentes tipos de esfuerzo.
¿Te imaginas un coche capaz de cambiar de combustible en función del rendimiento que se le solicite? Apenas hace unos años que aparecieron los primeros coches híbridos, sin embargo hace ya muchos miles de años que la naturaleza hizo capaces a los animales, entre ellos nosotros, de usar diferentes sustratos energéticos para conseguir crear el combustible básico que necesitamos para vivir y movernos: el adenosin trifosfato, más conocido como ATP.
Por tanto, a diferencia de los coches que pueden tener un depósito de energía o dos, nosotros tenemos nada menos que cinco: un pequeñísimo depósito de ATP en estado puro y un depósito apenas más grande de fosfocreatina (PC), ambos situados en los músculos. Además, disponemos de depósitos de glucógeno en nuestros músculos y en nuestro hígado, un depósito de grasa repartido aquí y allá en diferentes partes de nuestro cuerpo y, finalmente, un depósito de proteínas, nuestros propios músculos, al que sólo recurriremos para sobrevivir cuando hayamos agotado los depósitos de grasa en situaciones muy extremas de inanición o inactividad física.
¿Pero a qué viene tanto depósito de energía? Como vemos, cada depósito tiene una capacidad diferente siendo el contenido de los más grandes el de combustión más lenta y viceversa, lo que supone que la intensidad del ejercicio que se puede desarrollar en cada caso sea muy distinta. Por tanto, utilizaremos prioritariamente un sustrato energético u otro en función del volumen y la intensidad de nuestro ejercicio. Si esta intensidad es nula o muy escasa, por ejemplo mientras dormimos, andamos o mientras corremos despacio, necesitaremos un carburante de combustión lenta, por ello usaremos principalmente parte de lo almacenado en nuestros enormes depósitos de grasa. Como la inmensa mayoría de nuestros esfuerzos diarios son de este tipo, el cuerpo se esmera en almacenar grasa suficiente para cubrir nuestras necesidades. El problema viene cuando nos empeñamos en facilitarle al cuerpo esa tarea malcomiendo y/o manteniéndonos excesivamente inactivos.
Para obtener ATP, descomponemos las grasas (lipolisis) con ayuda del oxígeno que obtenemos a través de la respiración de ahí que podamos considerar este ejercicio como aeróbico. La limitación de esta vía de producción de energía es que, si bien el depósito de grasa de nuestro cuerpo da para un enorme volumen de ejercicio, la intensidad de ejercicio que se puede desarrollar a través de ella es relativamente escasa debido a la lentitud con la que se produce ATP a partir de la grasa.
Conforme vayamos aumentando la intensidad de nuestro esfuerzo, iremos necesitando paulatinamente un carburante de combustión más rápida. El siguiente en la “jerarquía” después de la grasa es la glucosa que obtenemos de los hidratos de carbono de nuestra alimentación y almacenamos en forma de glucógeno. La “fabricación” de ATP a partir del glucógeno (glucolisis) se puede realizar de 2 maneras diferentes:
    1. Glucolisis aeróbica: se produce al comienzo de ejercicios de baja intensidad debido al retraso en el inicio de la combustión de las grasas y cuando la intensidad del ejercicio es demasiado alta para que el ATP se pueda obtener de la combinación de las grasas con el oxígeno pero aun suficientemente baja como para que el oxígeno que obtenemos a través de la respiración se pueda combinar con la glucosa que circula por nuestra sangre. Al ser esta una vía aeróbica de producción de energía, nos permite desarrollar esfuerzos relativamente largos aunque limitados en el tiempo a la cantidad de glucógeno almacenado en nuestros músculos e hígado. Hay que añadir que, al igual que la combustión de gasolina por parte de los coches produce gases que se expulsan a través del tubo de escape, este tipo de esfuerzos produce también un gas de escape, el CO2, que es expulsado por los pulmones durante la espiración.
    2. Glucolisis anaeróbica: se produce cuando la intensidad del ejercicio es tal que el aporte de oxígeno no basta para cubrir la demanda energética. Esta vía produce ATP de una forma más rápida que durante un esfuerzo aeróbico, por eso la intensidad del ejercicio puede ser mayor; sin embargo, el aumento de intensidad no es gratuito, el tributo a pagar es que los deshechos de escape (ácido láctico) que se producen por esta vía no se pueden expulsar fuera del cuerpo sino que se vierten al torrente sanguíneo envenenando paulatinamente nuestros músculos y obligándolos finalmente a reducir la intensidad del ejercicio.
Y, finalmente, para los esfuerzos de intensidad máxima, aquellos que sólo pueden durar unos pocos segundos, la energía se obtendrá directamente de los minúsculos depósitos de ATP del músculo y, según se agoten estos, se sintetizará ATP muy rápidamente a partir de los también reducidos depósitos musculares de fosfocreatina.
AparecidoEs importante señalar que nuestros diferentes motores están permanentemente encendidos y que el uso de uno de ellos no excluye necesariamente a los demás sino que en cada tipo de esfuerzo se combinan diferentes vías. Por tanto, lo que ocurre en realidad es un predominio más o menos claro de una vía de obtención de energía sobre las demás.
Es obvio que para el running lo que nos interesa es el desarrollo de las vías aeróbicas de trabajo, la glucolisis aeróbica y, sobre todo, la oxidación de las grasas. Para su mejora deberemos tener en cuenta 2 factores: la alimentación y el entrenamiento.
Parar mejorar en el ámbito de la glucolisis aeróbica, deberemos realizar periódicamente entrenamientos en el entorno de estas intensidades asegurándonos la reposición de los depósitos de glucógeno a través de la ingesta de hidratos de carbono complejos o de absorción lenta. Es importante señalar que las personas con escaso historial de entrenamiento aeróbico reciente no deben abusar de este tipo de trabajo por el nivel de intensidad requerido. En cuanto al trabajo en el ámbito de la oxidación de las grasas, el trabajo prioritario en atletas populares, no será necesario aumentar los depósitos de grasa, como ya comentamos antes de eso ya se encarga el cuerpo, sino que deberemos fortalecer nuestro sistema cardiovascular con el fin de hacer más eficiente la producción aeróbica de energía. En cualquier caso, es importante señalar que estudios recientes han demostrado importantes diferencias en la tasa máxima de oxidación de las grasas entre hombres y mujeres. Estas consiguen dicho valor a intensidades sensiblemente superiores a la de los varones por lo que será necesario que hombres y mujeres entrenen a intensidades relativas diferentes. Finalmente, también será conveniente vigilar el aporte de hierro en nuestra dieta ya que facilitará el correcto aporte de oxígeno a nuestros músculos.

martes, 27 de noviembre de 2012

El trigo contra la salud

Aunque la comunidad médica no sea unánime, no está de más estar informado.
Os dejo este artículo sobre el trigo. 

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ENGORDA MUCHO Y AUMENTA Y LOS NIVELES DE AZÚCAR EN SANGRE

El trigo, ese “veneno cotidiano” que arruina nuestra salud

 
Hace unos años, el prestigioso cardiólogo norteamericano William Davis comenzó a sospechar de los perjuicios para la salud que provocaba el consumo de trigo y sus derivados.
Entonces, comenzó a recomendar a aquellos pacientes que no notaban mejorías tras someterse a sus respectivos tratamientos farmacológicos, que suprimiesen este alimento de sus dietas.
 Los resultados obtenidos sorprendieron al propio Davis: “El 70% de los pacientes experimentaron unos beneficios que ni yo mismo me imaginaba, más allá de una considerable pérdida de peso.
En tan solo tres meses sus niveles de azúcar en sangre se redujeron notablemente, incluyendo muchos casos de diabéticos o prediabéticos que dejaron de serlo.
Asimismo resultó que aliviaron otras de sus dolencias, como la artritis, la soriasis, la sinusitis crónica o la irritación intestinal”, asegura el cardiólogo.
Tras analizar con sus colegas las historias clínicas de los cientos de pacientes sometidos a este simple tratamiento dietético, Davis publicó un polémico ensayo, titulado Wheat Belly: Lose the Wheat, Lose the Weight, and Find your Path Back to Health (Rodale), en el que apoya sus conclusiones con una serie de estudios sobre los negativos efectos del trigo genéticamente modificado, en la salud de los humanos.
La publicación ha levando una fuerte expectación entre el público, teniendo en cuenta de que se trata de un ensayo científico, y solo dos semanas después de su salida a la venta Wheat Belly se coló en la lista los libros más vendidos que elabora el diario New York Times.
Las rotundas tesis de Davis, en las que se relata mediante casos particulares los perniciosos efectos para la salud del consumo “del  trigo moderno”, han obligado a los lobistas de la industria alimentaria a mover ficha. La Grain Food Fundation ha lanzado una campaña para desacreditar los argumentos del cardiólogo norteamericano, mientras que este les ha devuelto la pelota retándolos a un debate televisivo, aunque todavía no ha obtenido ninguna respuesta al respecto.
 
El cardiólogo norteamericano William Davis, autor del polémico ensayo 'Wheat Belly'.
Para estar sano hay que comer sano
En Wheat Belly Davis establece una relación directa entre el aumento del número de diabéticos y el consumo de cereales sometidos a modificaciones genéticas: “Dos rebanadas de pan integral aumentan más los niveles de azúcar en sangre que dos pasteles debido al alto índice glucémico del trigo que se cultiva hoy en día. De este modo, estamos desarrollando una peligrosa resistencia a la insulina y, por ende, la diabetes está adquiriendo características de pandemia”.
Según los cálculos de la OMS y otros organismos oficiales, en las próximas décadas el número de diabéticos rozará los 350 millones de personas en todo el mundo.
El consumo de trigo nos hace desarrollar una peligrosa resistencia a la insulina

Una de las mayores satisfacciones de las que hace gala Davis desde la implantación de este tratamiento estrella en su consulta de cardiología es que “los únicos ataques al corazón que veo ahora los sufren pacientes nuevos que no conocían la dieta”.
Así, asegura que todas las personas con problemas cardíacos a las que trata “han dejado de sufrir ataques”, después de eliminar el trigo de sus dietas, limitar el consumo de carbohidratos, aumentar la ingesta de vitamina D y compaginar con suplementos de yodo.
El extenso recorrido de Davis por las historias clínicas de sus pacientes intenta demostrar que no hay mal que se resista a su tratamiento. “Sobre todo, las patologías modernas más en boga, como la diabetes o el colesterol”, añade.
Una cura milagrosa para casi todo tipo de enfermedades que hace desconfiar a buena parte de la comunidad médica. Sus reacciones han sido de recelo al señalar la falta de evidencias científicas en el libro. Unas acusaciones a las que Davis ha respondido exponiendo su propio caso. “Mis niveles de colesterol en sangre antes de dejar de consumir trigo eran bajos (27 mg/dl), los triglicéridos eran muy altos (350 mg/dl), los niveles de azúcar en sangre rozaban la franja de la diabetes (161 mg/dl) y mi presión arterial era también alta. Todo esto, unido a mi sobrepeso, con una gran acumulación de grasa alrededor de la cintura. Sin embargo, cuando dejé de comer trigo experimenté una rápida reducción de peso, los valores de colesterol se elevaron a 63 mg/dl, los triglicéridos se redujeron a 50 mg/dl, el azúcar en sangre se estabilizó en 84 mg/dl y la presión arterial se situó en una franja normal. Todo ello sin tomar ni un solo fármaco. En otras palabras, todo cambió para bien”.
“El agronegocio arruina nuestra salud”
La cruzada en solitario de Davis contra este alimento hace hincapié en que “el auge de patologías comunes anteriormente estabilizadas se debe al consumo de trigo”, al que se refiere a lo largo de su libro como el “veneno perfecto”.
Para el cardiólogo, el valor nutricional de los cereales siempre estuvo sobredimensionado, pero fue a raíz de los avances genéticos iniciados en la década de los 60 cuando “se convirtieron en perjudiciales para la salud”. Según defiende este, ahora contienen una nueva proteína llamada gliadina que actúa como un opiáceo.
Esta estimularía el apetito, dice, hasta el punto de que “nos hace consumir una media diaria de 440 calorías, por lo que si sumas esta cantidad a los 365 días que tiene un año, el sobrepeso será inevitable”.
Los diabéticos que eliminaron el maíz de su dieta superaron
la enfermedad en tan solo tres meses.
Pese a sus convicciones, el cardiólogo se muestra pesimista sobre la posibilidad de establecer algún tipo de limitación a la producción industrial del grano. “Económicamente no sería factible porque el trigo tradicional produce menos kilos por hectárea que el transgénico”.
Sin embargo, apela a la concienciación de los consumidores para reducir su consumo.
Para animar a dar este paso, Davis sugiere comer “alimentos de verdad”, como frutas, carnes, pescados y verduras.
 Es decir, “los menos susceptibles a sufrir modificaciones genéticas para engordar el agronegocio”, pues dice que el 90% del trigo ya es transgénico y que en pocos años supondrá el 100% de las cosechas.
En Wheat Belly, el médico no deja títere con cabeza al criticar también las lógicas que mueven a los nutricionistas y a los defensores de los alimentos ecológicos. “Todo lo que se propone es reemplazar la comida basura por otra menos mala.
Esto es como si fumo cigarrillos sin filtro y me paso a otros que sí los tengan porque se consume menos nicotina. Un error porque no dejamos de hacer daño a nuestra salud, simplemente aminoramos parcialmente sus efectos.
Lo que yo propongo es modificar radicalmente los hábitos alimenticios dejando de comer este tipo de productos y ya veremos cómo en un corto periodo de tiempo nuestra salud experimenta un beneficioso cambio”.

martes, 13 de marzo de 2012

Doce propósitos para comer bien

Elaborar un diario de los alimentos ayuda a identificar qué se come con
frecuencia, cuándo, cuánta cantidad y cuáles son los motivos que llevan
al desorden alimentario. Para ello conviene ser fiel y anotar qué se come
durante una semana, siempre que represente los hábitos alimentarios.
Puede ser el punto de inflexión para comenzar a aplicar pequeños cambios
dietéticos que, al final del año, se convertirán en grandes resultados.

Cuatro propuestas de cambio ineludibles

La revisión del peso a comienzos de año dará cuenta de los excesos:
tanto los recientes como los mantenidos durante más tiempo. Es un
dato que interesa para completar el examen médico-dietético, al que se
sumará una analítica simple de sangre y orina. Conviene realizar ésta
unas semanas después de las festividades, una vez que se ha recuperado
la costumbre en el menú, e informará de algún parámetro bioquímico
alterado (niveles de glucosa, colesterol total, LDL colesterol, HDL colesterol,
triglicéridos, ácido úrico, hierro...).

Un año es tiempo suficiente para aplicar numerosos pequeños cambios
dietéticos, si se toma conciencia de la mejora física y emocional que se
experimentará al llevarlos a cabo. Los doce nuevos meses sirven de excusa
para plantear otras tantas propuestas que se convierten en doce
propósitos o motivos de cambio en cuestión de hábitos dietéticos.

Primer propósito: identificar el origen del exceso de azúcares.

El exceso de azúcar puede ser uno de los malos hábitos alimentarios
que se cometan. Cabe analizar el conjunto de la dieta para identificar
alimentos azucarados de consumo habitual, desde la bollería y repostería
en desayunos, almuerzos y meriendas, hasta los postres en comidas
y cenas y las bebidas dulces, como refrescos y zumos, o con miel.
Los productos con sabores distintos (salados, ácidos), pero que contienen
azúcar "enmascarado" entre sus ingredientes (determinadas salsas
y conservas) como corrector de la acidez o saborizante, son otro producto
en qué fijarse. Algunas personas, incluso, tendrán que ser comedidas
con las frutas, fuente natural de fructosa -un azúcar-, si se exceden de
las 3 raciones diarias o de los 400 gramos de frutas y hortalizas que se
estiman como ración saludable.

Segundo objetivo: dieta libre de grasas trans.

La bollería no es la fuente exclusiva de estas grasas en la dieta. Productos
de charcutería, precocinados (pizzas, lasañas o canelones, etcétera)
y snacks salados incluyen este tipo de grasa, la más nociva para la salud
cardiovascular. Conviene leer con detenimiento las etiquetas y prescindir
de los productos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados.
El aspecto positivo es que cada vez son más las iniciativas empresariales
que eligen la mejora de la calidad nutricional de sus productos
como medio para el cuidado de la salud del consumidor.

Tercero: más proteína vegetal.

El exceso de proteína animal es uno de los males comunes en la dieta
de los países occidentales y una de las causas de descalcificación ósea.
Un paso adelante en la mejora de hábitos es aumentar el consumo de
proteínas vegetales. Esto se consigue si los días que se comen legumbres
se combinan con cereales y se acompaña este plato con una ensalada
variada o un plato de verdura de la temporada. Tres ejemplos de
menús son: ensalada de puerros, sopa de zanahoria y garbanzos con
bacalao; crema de calabaza con nueces y avellanas y arroz con alubias
blancas y acelga; ensalada de lentejas y nueces y espaguetis con marisco.

Cuarto: más sabor, menos sal.

Acostumbrarse a aderezar los alimentos y los platos con especias y
hierbas aromáticas es una costumbre sana que ayudará a reducir de
forma paulatina la adición de sal a los platos. El segundo esfuerzo implicará
escoger los productos elaborados con menos cantidad de sal o
sodio. Un exceso de sodio (la sal es el condimento que más sodio contiene)
altera el funcionamiento de varios órganos y sistemas, como el
corazón y el circulatorio, los riñones, el hígado y los huesos.
Pequeños gestos, grandes resultados
A medida que se consolidan los buenos hábitos, conviene hacer un
nuevo examen de conciencia y anotar todas las mejoras en el estilo de
vida que se quieran iniciar. Las siguientes son propuestas saludables:

Quinto propósito: fruta entre horas.

Una costumbre muy común es reservar las frutas para el postre. Pero
sucede que muchas personas se sacian antes y se saltan esta parte del
menú. Si éste es el caso, comer las frutas entre horas puede ser la manera
de asegurarse las 2-3 raciones diarias recomendadas de estos alimentos.
También destacan quienes, con la intención de perder peso,
optan por la fórmula de cenar solo fruta. Éste no es un buen cambio de
hábitos si las frutas desplazan a otros alimentos también importantes
para complementar el valor nutricional de la dieta, como los pescados o
las ensaladas. Además, no siempre se consigue el objetivo de perder peso,
dado que las frutas tienen cualidad diurética, pero no adelgazante.

Sexto: pan, integral y de acompañamiento.

El pan elaborado con levadura madre y harina integral es el más natural
de todos los panes. Su sabor con un ligero toque ácido, su consistencia
y peso y su completo valor nutricional son buenas razones para
iniciarse en el consumo de este pan. Se puede reservar para consumirlo
en rebanadas en el desayuno y entre horas. El pan se debería contemplar
como complemento a una comida en caso de que el resto de platos
no proporcionen suficientes hidratos de carbono. Se podría prescindir
de él si la comida o la cena incluyen un plato generoso de arroz, pasta o
legumbre, en particular, si se sigue una dieta de adelgazamiento. Estos
alimentos, al igual que el pan, contienen carbohidratos como nutriente
principal.

Séptimo: conocer la idoneidad de los tentempiés.

Uno de los primeros cambios tras ponerse a dieta es sustituir el pincho
o la bollería del almuerzo o la merienda por snacks que se consideran
más saludables, como las tortas de arroz o de maíz, los colines de pan o
las galletas. El exceso de sal, una cantidad sustancial de azúcar y la
deficiente calidad de las grasas (algunos contienen grasas trans) son
todavía los tres principales inconvenientes para habituarse a estos tentempiés.
La solución pasa por ser selectivo y escoger los productos que
prescindan de la sal y del azúcar, o las usen en su justa medida, y utilicen
grasas saludables en la elaboración.

Octavo objetivo: alternativas al bocadillo de embutido.

Un buen pan acompañado de conservas de pescado (sardinas, anchoas,
atún o bonito), de un jamón ibérico o de frutos secos (un puñado de
nueces o de avellanas) son excelentes sustitutos de los embutidos, tan
recurridos en los bocadillos de almuerzos y meriendas. La excelente calidad
de las proteínas y la mejor calidad de las grasas son garantía en la
mejora nutricional de estos aperitivos.

Noveno: un puñado al día de frutos secos.

Veinticinco gramos de frutos secos al natural es la ración aconsejable
para completar la dieta con nutrientes esenciales. La variedad de frutos
secos y sus posibilidades en la elaboración de recetas y platos, hacen
posible incluirlos en el menú, sin relegarlos a comerlos en estado natural.
Aportan un gusto y una textura particular a ensaladas, platos de
pasta, cuscús, arroz, recetas de frutas cocinadas o platos de carne, como
el pollo asado.
Los complementos del menú, importan
Endulzantes, aderezos, condimentos y bebidas son alimentos que complementan
el menú tanto en lo sensorial como en lo nutricional.

Décimo objetivo: aliños con vinagretas suaves.

El vinagre de vino puede resultar un fermento demasiado ácido para el
organismo, no solo para los estómagos delicados. Otros vinagres como
el de manzana y el de arroz, este último poco conocido, son más saludables
porque no resultan tan irritantes para las mucosas. Añadir el
aliño justo, sin abusar de la cantidad, y acostumbrarse a los aderezos
suaves permite degustar los alimentos en su estado más natural.

Undécimo: menos café, más infusiones.

El estado de estrés, excitación y ansiedad en el que viven muchas personas
se agrava por la costumbre de tomar café tanto en el desayuno
como después de las comidas o entre horas. Hay bebidas que proveen
una sensación de vitalidad, de concentración y de mente despejada, sin
el inconveniente de la cafeína, la sustancia estimulante del café. El té
kukicha, el té mú, el té bancha y los denominados "café de cereales",
son algunas sugerencias. A éstas se suma la oferta incontable de infusiones
y de mezclas, como el regaliz, el rooibos o la mezcla de frutos del
bosque.

Duodécimo propósito: vida activa.

La estabilidad de la salud cojea si solo se contemplan mejoras en la dieta.
Una vida activa libre de adicciones perniciosas como el tabaco o el
alcohol, entre otras, junto con una alimentación saludable y equilibrada,
es la combinación perfecta para dar comienzo a un año pleno de
proyectos ilusionantes y buenos propósitos.

martes, 17 de enero de 2012

El pescado panga

Esto he encontrado por internet. Parece interesante conocerlo.

LA PANGA

El panga, es un nuevo pescado que encontramos sobre todo en forma de filetes, a precios muy barato. El panga es un pescado de cultura intensiva/industrial en Vietnam, más exactamente en el delta del río Mekong y está invadiendo el mercado debido a su precio . Esto es lo que hay que saber sobre el panga: el río Mekong es uno de los ríos con mayor contaminación del planeta. Los pangas están infectados con elevados niveles de venenos y bacterias (arsénico de los residuos industriales, tóxicos y peligrosos subproductos, del creciente sector industrial), metales contaminantes, fenoles policlorados (PCB) o DDT y sus (DDTs), clorato, compuestos relacionados (CHLs), hexaclorociloxano, isomeros (HCHs) y hexaclorobenceno (HCB) . No hay nada natural en los pangas. Son alimentados con peces muertos, restos de huesos y con una harina de América del sur, la mandioca y residuos de soja y grano. Obviamente, este tipo de alimentación no saludable no tiene nada que ver con la alimentación en un ambiente natural.Es lo más parecido a la alimentación de las vacas locas (vacas, que fueron alimentadas con vacas, ¿se acuerdan?). la alimentación de los pangas está completamente fuera de toda reglamentación judicial. El panga crece 4 veces más rápido que en la naturaleza natural. Además los pangas son inyectados con (PEE), algunos cientificos descubrieron que si se inyectase a las hembras panga con las hormonas femeninas derivados del deshidratado de orina de mujeres embarazadas, la hembra panga produciría sus huevas muy rápidamente y en gran cantidad, lo que no ocurriría en ambiente natural (una panga pasa así a producir 500.000 huevas de una vez). Básicamente son peces con hormonas inyectables, (producidas por una empresafarmacéutica china) para acelerar el proceso de crecimiento y reproducción. Al comprar pangas, estamos colaborando con empresas gigantes sin escrúpulos y especuladoras, que no se preocupan de la salud y el bienestar de los seres humanos . Este comercio está siendo aceptado por grandes superficies que venden al público en general, sabiendo que están vendiendo productos contaminados.

lunes, 9 de enero de 2012

Ahora, ¡¡ a cuidarse ¡¡

Ya han terminado las fiestas navideñas. Papá Noel y los Reyes magos volverán en diciembre de 2012 (si no se acaba el mundo, claro). Y las comidas, cenas y "hartones" de dulces ya no son obligatorias y diarias.

Toca ahora hacer un poco de vida sana.

La propuesta:

- Abusar de frutas y verdudas.
- Beber mucha agua. Dejar de lado bebidas azúcaradas y con alcohol.
- Disminuir el consumo de grasas. Cambiar las deliciosas carnes de cerdo por aves.


Con lo anterior, en una o dos semanas, sanos como una manzana.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Truco de navidades

Hoy un sencillo truco.

No comas más de lo que necesites:

- Vas a hacer ejercicio? No necesitas tanta azúcar: turrones, polvorones, pestiños...Además tomar 100g es más fácil de lo que nos pensamos, son "sólo" 2/3 porciones, y equivalen a 12 sobres de azúcar, suficiente energía para andar una hora.

- Necesitas proteínas? Toma las justas, nada de repetir carne, o pasarse de marisco.

- El alcohol tiene calorías para quemar. Toma lo justo o combina con otro tipo de bebidas, salvo azucaradas, que si no estamos en lo mismo.


Simplemente no te pases. No tiene sentido. Se trata simplemente de disfrutar de la familia y de los amigos.


jueves, 31 de marzo de 2011

AGUA ¡¡ AGUA ¡¡

Tomar agua de forma correcta, mejora determinados procesos en nuestro organismo:

2 vasos de agua después de despertar ayuda a activar los órganos internos.
1 vaso de agua 30 minutos antes de comer ayuda a la digestión.
1 vaso de agua antes de bañarse ayuda a bajar la presión sanguínea.
1 vaso de agua antes de irse a dormir evita apoplejías o ataques al corazón.
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