martes, 27 de noviembre de 2012

El trigo contra la salud

Aunque la comunidad médica no sea unánime, no está de más estar informado.
Os dejo este artículo sobre el trigo. 

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ENGORDA MUCHO Y AUMENTA Y LOS NIVELES DE AZÚCAR EN SANGRE

El trigo, ese “veneno cotidiano” que arruina nuestra salud

 
Hace unos años, el prestigioso cardiólogo norteamericano William Davis comenzó a sospechar de los perjuicios para la salud que provocaba el consumo de trigo y sus derivados.
Entonces, comenzó a recomendar a aquellos pacientes que no notaban mejorías tras someterse a sus respectivos tratamientos farmacológicos, que suprimiesen este alimento de sus dietas.
 Los resultados obtenidos sorprendieron al propio Davis: “El 70% de los pacientes experimentaron unos beneficios que ni yo mismo me imaginaba, más allá de una considerable pérdida de peso.
En tan solo tres meses sus niveles de azúcar en sangre se redujeron notablemente, incluyendo muchos casos de diabéticos o prediabéticos que dejaron de serlo.
Asimismo resultó que aliviaron otras de sus dolencias, como la artritis, la soriasis, la sinusitis crónica o la irritación intestinal”, asegura el cardiólogo.
Tras analizar con sus colegas las historias clínicas de los cientos de pacientes sometidos a este simple tratamiento dietético, Davis publicó un polémico ensayo, titulado Wheat Belly: Lose the Wheat, Lose the Weight, and Find your Path Back to Health (Rodale), en el que apoya sus conclusiones con una serie de estudios sobre los negativos efectos del trigo genéticamente modificado, en la salud de los humanos.
La publicación ha levando una fuerte expectación entre el público, teniendo en cuenta de que se trata de un ensayo científico, y solo dos semanas después de su salida a la venta Wheat Belly se coló en la lista los libros más vendidos que elabora el diario New York Times.
Las rotundas tesis de Davis, en las que se relata mediante casos particulares los perniciosos efectos para la salud del consumo “del  trigo moderno”, han obligado a los lobistas de la industria alimentaria a mover ficha. La Grain Food Fundation ha lanzado una campaña para desacreditar los argumentos del cardiólogo norteamericano, mientras que este les ha devuelto la pelota retándolos a un debate televisivo, aunque todavía no ha obtenido ninguna respuesta al respecto.
 
El cardiólogo norteamericano William Davis, autor del polémico ensayo 'Wheat Belly'.
Para estar sano hay que comer sano
En Wheat Belly Davis establece una relación directa entre el aumento del número de diabéticos y el consumo de cereales sometidos a modificaciones genéticas: “Dos rebanadas de pan integral aumentan más los niveles de azúcar en sangre que dos pasteles debido al alto índice glucémico del trigo que se cultiva hoy en día. De este modo, estamos desarrollando una peligrosa resistencia a la insulina y, por ende, la diabetes está adquiriendo características de pandemia”.
Según los cálculos de la OMS y otros organismos oficiales, en las próximas décadas el número de diabéticos rozará los 350 millones de personas en todo el mundo.
El consumo de trigo nos hace desarrollar una peligrosa resistencia a la insulina

Una de las mayores satisfacciones de las que hace gala Davis desde la implantación de este tratamiento estrella en su consulta de cardiología es que “los únicos ataques al corazón que veo ahora los sufren pacientes nuevos que no conocían la dieta”.
Así, asegura que todas las personas con problemas cardíacos a las que trata “han dejado de sufrir ataques”, después de eliminar el trigo de sus dietas, limitar el consumo de carbohidratos, aumentar la ingesta de vitamina D y compaginar con suplementos de yodo.
El extenso recorrido de Davis por las historias clínicas de sus pacientes intenta demostrar que no hay mal que se resista a su tratamiento. “Sobre todo, las patologías modernas más en boga, como la diabetes o el colesterol”, añade.
Una cura milagrosa para casi todo tipo de enfermedades que hace desconfiar a buena parte de la comunidad médica. Sus reacciones han sido de recelo al señalar la falta de evidencias científicas en el libro. Unas acusaciones a las que Davis ha respondido exponiendo su propio caso. “Mis niveles de colesterol en sangre antes de dejar de consumir trigo eran bajos (27 mg/dl), los triglicéridos eran muy altos (350 mg/dl), los niveles de azúcar en sangre rozaban la franja de la diabetes (161 mg/dl) y mi presión arterial era también alta. Todo esto, unido a mi sobrepeso, con una gran acumulación de grasa alrededor de la cintura. Sin embargo, cuando dejé de comer trigo experimenté una rápida reducción de peso, los valores de colesterol se elevaron a 63 mg/dl, los triglicéridos se redujeron a 50 mg/dl, el azúcar en sangre se estabilizó en 84 mg/dl y la presión arterial se situó en una franja normal. Todo ello sin tomar ni un solo fármaco. En otras palabras, todo cambió para bien”.
“El agronegocio arruina nuestra salud”
La cruzada en solitario de Davis contra este alimento hace hincapié en que “el auge de patologías comunes anteriormente estabilizadas se debe al consumo de trigo”, al que se refiere a lo largo de su libro como el “veneno perfecto”.
Para el cardiólogo, el valor nutricional de los cereales siempre estuvo sobredimensionado, pero fue a raíz de los avances genéticos iniciados en la década de los 60 cuando “se convirtieron en perjudiciales para la salud”. Según defiende este, ahora contienen una nueva proteína llamada gliadina que actúa como un opiáceo.
Esta estimularía el apetito, dice, hasta el punto de que “nos hace consumir una media diaria de 440 calorías, por lo que si sumas esta cantidad a los 365 días que tiene un año, el sobrepeso será inevitable”.
Los diabéticos que eliminaron el maíz de su dieta superaron
la enfermedad en tan solo tres meses.
Pese a sus convicciones, el cardiólogo se muestra pesimista sobre la posibilidad de establecer algún tipo de limitación a la producción industrial del grano. “Económicamente no sería factible porque el trigo tradicional produce menos kilos por hectárea que el transgénico”.
Sin embargo, apela a la concienciación de los consumidores para reducir su consumo.
Para animar a dar este paso, Davis sugiere comer “alimentos de verdad”, como frutas, carnes, pescados y verduras.
 Es decir, “los menos susceptibles a sufrir modificaciones genéticas para engordar el agronegocio”, pues dice que el 90% del trigo ya es transgénico y que en pocos años supondrá el 100% de las cosechas.
En Wheat Belly, el médico no deja títere con cabeza al criticar también las lógicas que mueven a los nutricionistas y a los defensores de los alimentos ecológicos. “Todo lo que se propone es reemplazar la comida basura por otra menos mala.
Esto es como si fumo cigarrillos sin filtro y me paso a otros que sí los tengan porque se consume menos nicotina. Un error porque no dejamos de hacer daño a nuestra salud, simplemente aminoramos parcialmente sus efectos.
Lo que yo propongo es modificar radicalmente los hábitos alimenticios dejando de comer este tipo de productos y ya veremos cómo en un corto periodo de tiempo nuestra salud experimenta un beneficioso cambio”.

martes, 13 de marzo de 2012

Doce propósitos para comer bien

Elaborar un diario de los alimentos ayuda a identificar qué se come con
frecuencia, cuándo, cuánta cantidad y cuáles son los motivos que llevan
al desorden alimentario. Para ello conviene ser fiel y anotar qué se come
durante una semana, siempre que represente los hábitos alimentarios.
Puede ser el punto de inflexión para comenzar a aplicar pequeños cambios
dietéticos que, al final del año, se convertirán en grandes resultados.

Cuatro propuestas de cambio ineludibles

La revisión del peso a comienzos de año dará cuenta de los excesos:
tanto los recientes como los mantenidos durante más tiempo. Es un
dato que interesa para completar el examen médico-dietético, al que se
sumará una analítica simple de sangre y orina. Conviene realizar ésta
unas semanas después de las festividades, una vez que se ha recuperado
la costumbre en el menú, e informará de algún parámetro bioquímico
alterado (niveles de glucosa, colesterol total, LDL colesterol, HDL colesterol,
triglicéridos, ácido úrico, hierro...).

Un año es tiempo suficiente para aplicar numerosos pequeños cambios
dietéticos, si se toma conciencia de la mejora física y emocional que se
experimentará al llevarlos a cabo. Los doce nuevos meses sirven de excusa
para plantear otras tantas propuestas que se convierten en doce
propósitos o motivos de cambio en cuestión de hábitos dietéticos.

Primer propósito: identificar el origen del exceso de azúcares.

El exceso de azúcar puede ser uno de los malos hábitos alimentarios
que se cometan. Cabe analizar el conjunto de la dieta para identificar
alimentos azucarados de consumo habitual, desde la bollería y repostería
en desayunos, almuerzos y meriendas, hasta los postres en comidas
y cenas y las bebidas dulces, como refrescos y zumos, o con miel.
Los productos con sabores distintos (salados, ácidos), pero que contienen
azúcar "enmascarado" entre sus ingredientes (determinadas salsas
y conservas) como corrector de la acidez o saborizante, son otro producto
en qué fijarse. Algunas personas, incluso, tendrán que ser comedidas
con las frutas, fuente natural de fructosa -un azúcar-, si se exceden de
las 3 raciones diarias o de los 400 gramos de frutas y hortalizas que se
estiman como ración saludable.

Segundo objetivo: dieta libre de grasas trans.

La bollería no es la fuente exclusiva de estas grasas en la dieta. Productos
de charcutería, precocinados (pizzas, lasañas o canelones, etcétera)
y snacks salados incluyen este tipo de grasa, la más nociva para la salud
cardiovascular. Conviene leer con detenimiento las etiquetas y prescindir
de los productos con aceites vegetales parcialmente hidrogenados.
El aspecto positivo es que cada vez son más las iniciativas empresariales
que eligen la mejora de la calidad nutricional de sus productos
como medio para el cuidado de la salud del consumidor.

Tercero: más proteína vegetal.

El exceso de proteína animal es uno de los males comunes en la dieta
de los países occidentales y una de las causas de descalcificación ósea.
Un paso adelante en la mejora de hábitos es aumentar el consumo de
proteínas vegetales. Esto se consigue si los días que se comen legumbres
se combinan con cereales y se acompaña este plato con una ensalada
variada o un plato de verdura de la temporada. Tres ejemplos de
menús son: ensalada de puerros, sopa de zanahoria y garbanzos con
bacalao; crema de calabaza con nueces y avellanas y arroz con alubias
blancas y acelga; ensalada de lentejas y nueces y espaguetis con marisco.

Cuarto: más sabor, menos sal.

Acostumbrarse a aderezar los alimentos y los platos con especias y
hierbas aromáticas es una costumbre sana que ayudará a reducir de
forma paulatina la adición de sal a los platos. El segundo esfuerzo implicará
escoger los productos elaborados con menos cantidad de sal o
sodio. Un exceso de sodio (la sal es el condimento que más sodio contiene)
altera el funcionamiento de varios órganos y sistemas, como el
corazón y el circulatorio, los riñones, el hígado y los huesos.
Pequeños gestos, grandes resultados
A medida que se consolidan los buenos hábitos, conviene hacer un
nuevo examen de conciencia y anotar todas las mejoras en el estilo de
vida que se quieran iniciar. Las siguientes son propuestas saludables:

Quinto propósito: fruta entre horas.

Una costumbre muy común es reservar las frutas para el postre. Pero
sucede que muchas personas se sacian antes y se saltan esta parte del
menú. Si éste es el caso, comer las frutas entre horas puede ser la manera
de asegurarse las 2-3 raciones diarias recomendadas de estos alimentos.
También destacan quienes, con la intención de perder peso,
optan por la fórmula de cenar solo fruta. Éste no es un buen cambio de
hábitos si las frutas desplazan a otros alimentos también importantes
para complementar el valor nutricional de la dieta, como los pescados o
las ensaladas. Además, no siempre se consigue el objetivo de perder peso,
dado que las frutas tienen cualidad diurética, pero no adelgazante.

Sexto: pan, integral y de acompañamiento.

El pan elaborado con levadura madre y harina integral es el más natural
de todos los panes. Su sabor con un ligero toque ácido, su consistencia
y peso y su completo valor nutricional son buenas razones para
iniciarse en el consumo de este pan. Se puede reservar para consumirlo
en rebanadas en el desayuno y entre horas. El pan se debería contemplar
como complemento a una comida en caso de que el resto de platos
no proporcionen suficientes hidratos de carbono. Se podría prescindir
de él si la comida o la cena incluyen un plato generoso de arroz, pasta o
legumbre, en particular, si se sigue una dieta de adelgazamiento. Estos
alimentos, al igual que el pan, contienen carbohidratos como nutriente
principal.

Séptimo: conocer la idoneidad de los tentempiés.

Uno de los primeros cambios tras ponerse a dieta es sustituir el pincho
o la bollería del almuerzo o la merienda por snacks que se consideran
más saludables, como las tortas de arroz o de maíz, los colines de pan o
las galletas. El exceso de sal, una cantidad sustancial de azúcar y la
deficiente calidad de las grasas (algunos contienen grasas trans) son
todavía los tres principales inconvenientes para habituarse a estos tentempiés.
La solución pasa por ser selectivo y escoger los productos que
prescindan de la sal y del azúcar, o las usen en su justa medida, y utilicen
grasas saludables en la elaboración.

Octavo objetivo: alternativas al bocadillo de embutido.

Un buen pan acompañado de conservas de pescado (sardinas, anchoas,
atún o bonito), de un jamón ibérico o de frutos secos (un puñado de
nueces o de avellanas) son excelentes sustitutos de los embutidos, tan
recurridos en los bocadillos de almuerzos y meriendas. La excelente calidad
de las proteínas y la mejor calidad de las grasas son garantía en la
mejora nutricional de estos aperitivos.

Noveno: un puñado al día de frutos secos.

Veinticinco gramos de frutos secos al natural es la ración aconsejable
para completar la dieta con nutrientes esenciales. La variedad de frutos
secos y sus posibilidades en la elaboración de recetas y platos, hacen
posible incluirlos en el menú, sin relegarlos a comerlos en estado natural.
Aportan un gusto y una textura particular a ensaladas, platos de
pasta, cuscús, arroz, recetas de frutas cocinadas o platos de carne, como
el pollo asado.
Los complementos del menú, importan
Endulzantes, aderezos, condimentos y bebidas son alimentos que complementan
el menú tanto en lo sensorial como en lo nutricional.

Décimo objetivo: aliños con vinagretas suaves.

El vinagre de vino puede resultar un fermento demasiado ácido para el
organismo, no solo para los estómagos delicados. Otros vinagres como
el de manzana y el de arroz, este último poco conocido, son más saludables
porque no resultan tan irritantes para las mucosas. Añadir el
aliño justo, sin abusar de la cantidad, y acostumbrarse a los aderezos
suaves permite degustar los alimentos en su estado más natural.

Undécimo: menos café, más infusiones.

El estado de estrés, excitación y ansiedad en el que viven muchas personas
se agrava por la costumbre de tomar café tanto en el desayuno
como después de las comidas o entre horas. Hay bebidas que proveen
una sensación de vitalidad, de concentración y de mente despejada, sin
el inconveniente de la cafeína, la sustancia estimulante del café. El té
kukicha, el té mú, el té bancha y los denominados "café de cereales",
son algunas sugerencias. A éstas se suma la oferta incontable de infusiones
y de mezclas, como el regaliz, el rooibos o la mezcla de frutos del
bosque.

Duodécimo propósito: vida activa.

La estabilidad de la salud cojea si solo se contemplan mejoras en la dieta.
Una vida activa libre de adicciones perniciosas como el tabaco o el
alcohol, entre otras, junto con una alimentación saludable y equilibrada,
es la combinación perfecta para dar comienzo a un año pleno de
proyectos ilusionantes y buenos propósitos.

martes, 17 de enero de 2012

El pescado panga

Esto he encontrado por internet. Parece interesante conocerlo.

LA PANGA

El panga, es un nuevo pescado que encontramos sobre todo en forma de filetes, a precios muy barato. El panga es un pescado de cultura intensiva/industrial en Vietnam, más exactamente en el delta del río Mekong y está invadiendo el mercado debido a su precio . Esto es lo que hay que saber sobre el panga: el río Mekong es uno de los ríos con mayor contaminación del planeta. Los pangas están infectados con elevados niveles de venenos y bacterias (arsénico de los residuos industriales, tóxicos y peligrosos subproductos, del creciente sector industrial), metales contaminantes, fenoles policlorados (PCB) o DDT y sus (DDTs), clorato, compuestos relacionados (CHLs), hexaclorociloxano, isomeros (HCHs) y hexaclorobenceno (HCB) . No hay nada natural en los pangas. Son alimentados con peces muertos, restos de huesos y con una harina de América del sur, la mandioca y residuos de soja y grano. Obviamente, este tipo de alimentación no saludable no tiene nada que ver con la alimentación en un ambiente natural.Es lo más parecido a la alimentación de las vacas locas (vacas, que fueron alimentadas con vacas, ¿se acuerdan?). la alimentación de los pangas está completamente fuera de toda reglamentación judicial. El panga crece 4 veces más rápido que en la naturaleza natural. Además los pangas son inyectados con (PEE), algunos cientificos descubrieron que si se inyectase a las hembras panga con las hormonas femeninas derivados del deshidratado de orina de mujeres embarazadas, la hembra panga produciría sus huevas muy rápidamente y en gran cantidad, lo que no ocurriría en ambiente natural (una panga pasa así a producir 500.000 huevas de una vez). Básicamente son peces con hormonas inyectables, (producidas por una empresafarmacéutica china) para acelerar el proceso de crecimiento y reproducción. Al comprar pangas, estamos colaborando con empresas gigantes sin escrúpulos y especuladoras, que no se preocupan de la salud y el bienestar de los seres humanos . Este comercio está siendo aceptado por grandes superficies que venden al público en general, sabiendo que están vendiendo productos contaminados.

lunes, 9 de enero de 2012

Ahora, ¡¡ a cuidarse ¡¡

Ya han terminado las fiestas navideñas. Papá Noel y los Reyes magos volverán en diciembre de 2012 (si no se acaba el mundo, claro). Y las comidas, cenas y "hartones" de dulces ya no son obligatorias y diarias.

Toca ahora hacer un poco de vida sana.

La propuesta:

- Abusar de frutas y verdudas.
- Beber mucha agua. Dejar de lado bebidas azúcaradas y con alcohol.
- Disminuir el consumo de grasas. Cambiar las deliciosas carnes de cerdo por aves.


Con lo anterior, en una o dos semanas, sanos como una manzana.